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Datos sorprendentes sobre la lactancia materna

Datos sorprendentes sobre la lactancia materna basados en la ciencia que son increíblemente útiles para la madre y el bebé

Si se ha estado considerado no amamantar al bebé, probablemente es porque existe mucha información acerca de este tema. Sin embargo, es una decisión personal que solo la madre puede tomar, pero los beneficios son infinitos.

Antes de tomar una decisión definitiva, repasemos todos los beneficios que tiene amamantar, tanto para la madre como para el bebé.

La leche materna proporciona una nutrición óptima para los bebés. Tiene la cantidad adecuada de nutrientes, se digiere fácilmente y está disponible todo el tiempo.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda la lactancia materna exclusiva durante 6 meses y continuar incluso después de que se introduzcan los alimentos sólidos, hasta al menos 1 año o hasta que tanto la madre como el bebé acuerden dejar de hacerlo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar hasta los 2 años o más porque los beneficios continúan durante ese tiempo. Estas agencias sugieren comenzar tan pronto como una hora después del nacimiento para obtener los mayores beneficios.

Estas recomendaciones no vienen a la ligera y aquí te contamos por qué:

 

  1. La leche materna proporciona una nutrición ideal para los bebés:

La mayoría de los profesionales de la salud recomiendan la lactancia materna exclusiva durante al menos 6 meses.

La leche materna contiene todo lo que el bebé necesita durante los primeros 6 meses de vida, en las proporciones adecuadas. Su composición incluso cambia según las necesidades cambiantes del bebé, especialmente durante el primer mes de vida.

Durante los primeros días después del nacimiento, los senos producen un líquido espeso y amarillento llamado calostro. Tiene un alto contenido de proteínas, bajo contenido de azúcar y está cargado de compuestos beneficiosos. Es realmente un alimento maravilloso y no se puede reemplazar con fórmula.

El calostro es la primera leche ideal y ayuda a desarrollar el tracto digestivo inmaduro del recién nacido. Después de los primeros días, los senos comienzan a producir mayores cantidades de leche a medida que crece el estómago del bebé.

  1. La leche materna contiene anticuerpos importantes:

La leche materna está cargada de anticuerpos que ayudan a al bebé a combatir los virus y las bacterias, lo cual es fundamental en los meses tempranos.

Esto se aplica particularmente al calostro, la primera leche. El calostro proporciona grandes cantidades de inmunoglobulina A (IgA), así como varios otros anticuerpos. Cuando se está expuesto a virus o bacterias, el cuerpo empieza a producir anticuerpos que luego pasan a la leche. La IgA protege al bebé de las enfermedades al formar una capa protectora en la nariz, la garganta y el sistema digestivo del bebé.

La fórmula no brinda protección de anticuerpos a los bebés, estudios muestran que los bebés que no son amamantados son más vulnerables a problemas de salud como neumonía, diarrea e infecciones.

  1. La lactancia materna puede reducir el riesgo de enfermedades:

Lactancia materna exclusiva (cuando el bebé solo recibe leche materna) es particularmente beneficiosa.

Puede reducir el riesgo de que el bebé padezca muchas enfermedades y dolencias, que incluyen:

  • Infecciones del oído medio. La lactancia materna, especialmente de forma exclusiva y durante el mayor tiempo posible, puede proteger contra las infecciones del oído medio, la garganta y los senos nasales mucho más allá de la infancia.
  • Infecciones del tracto respiratorio. La lactancia materna puede proteger contra múltiples enfermedades respiratorias y gastrointestinales agudas.
  • Infecciones intestinales. La lactancia materna está relacionada con una reducción de las infecciones intestinales.
  • Daño al tejido intestinal. La alimentación de los bebés prematuros con leche materna está relacionada con una reducción en la incidencia de enterocolitis necrotizante.
  • Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). La lactancia materna está relacionada con un riesgo reducido de SMSL, especialmente cuando se amamanta exclusivamente.
  • Enfermedades alérgicas. La lactancia materna está relacionada con un riesgo reducido de asma, dermatitis atópica y eccema.
  • Enfermedades intestinales. Los bebés que son amamantados pueden tener menos probabilidades de desarrollar la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
  • Diabetes. La lactancia materna está relacionada con un riesgo reducido de desarrollar diabetes tipo 1 y diabetes no insulinodependiente (tipo 2).
  • Leucemia infantil. La lactancia materna está relacionada con una reducción del riesgo de leucemia infantil.

  1. La leche materna promueve el peso saludable del bebé:

La lactancia materna promueve un aumento de peso saludable y ayuda a prevenir la obesidad infantil.

La lactancia materna durante más de 4 meses tuvo una reducción significativa en las posibilidades de que un bebé desarrolle sobrepeso y obesidad. Esto puede deberse al desarrollo de diferentes bacterias intestinales. Los bebés amamantados tienen cantidades más altas de bacterias intestinales beneficiosas que pueden afectar el almacenamiento de grasa.

Los bebés alimentados con leche materna también tienen más leptina en sus sistemas que los bebés alimentados con fórmula. La leptina es una hormona clave para regular el apetito y el almacenamiento de grasa. Los bebés amamantados también autorregulan su ingesta de leche. Son mejores para comer solo hasta que han satisfecho su hambre, lo que les ayuda a desarrollar patrones de alimentación saludables.

  1. La lactancia materna puede hacer que los niños sean más inteligentes:

La lactancia materna puede ayudar al bebé a superar esas pruebas. Algunos estudios sugieren que puede haber una diferencia en el desarrollo del cerebro entre los bebés amamantados y los alimentados con fórmula. Esta diferencia puede deberse a la intimidad física, el tacto y el contacto visual asociados con la lactancia materna, así como al contenido de nutrientes. Los bebés amamantados tienen puntajes de inteligencia más altos y es menos probable que desarrollen problemas de comportamiento y tengan dificultades de aprendizaje a medida que crecen.

La lactancia materna tiene efectos positivos significativos en el desarrollo cerebral a largo plazo de los bebés.

  1. La lactancia materna puede ayudar a perder peso:

Es posible que se haya escuchado esto a menudo. Mientras que algunas mujeres parecen aumentar de peso durante la lactancia, otras parecen perder peso sin esfuerzo.

La lactancia materna quema mas calorías, y después de 3 meses de lactancia, es probable que se experimente un aumento en la quema de grasa en comparación con las madres que no amamantan. Aunque la diferencia no es significativa.

  1. La lactancia materna ayuda a que el útero se contraiga:

Durante el embarazo, el útero crece enormemente, expandiéndose desde el tamaño de una pera hasta llenar casi todo el espacio de su abdomen.

Después del parto, el útero pasa por un proceso llamado involución, que le ayuda a volver a su tamaño anterior. La oxitocina, una hormona que aumenta durante el embarazo, ayuda a impulsar este proceso. El cuerpo secreta grandes cantidades de oxitocina durante el trabajo de parto para ayudar a dar a luz al bebé y reducir el sangrado.

La oxitocina también aumenta durante la lactancia. Estimula las contracciones uterinas y reduce el sangrado, lo que ayuda a que el útero vuelva a su tamaño anterior. Los estudios también han demostrado que las madres que amamantan generalmente tienen menos pérdida de sangre después del parto y una involución más rápida del útero.

 

  1. Alivia el dolor de la congestión:

La congestión se produce cuando los vasos sanguíneos de los senos se hinchan y los conductos lácteos se llenan en exceso de leche, lo que provoca malestar e incluso dolor. Puede suceder si el bebé no amamanta a menudo o de manera eficiente.

La mejor estrategia de prevención es alimentar al bebé cuando tenga hambre y asegurarse de que amamanta de ambos senos. La idea es drenar los senos con regularidad para evitar que se pongan dolorosamente duros e hinchados. Si los senos se hinchan demasiado el bebé no podrá prenderse correctamente.

Aquí algunos consejos para lidiar con la congestión: 

  • Extraer la leche materna para ayudar a aliviar la presión antes de amamantar a su bebé.
  • Masajear los senos para ayudar a que la leche fluya.
  • Remojar una toalla en agua tibia y colocarla sobre los pechos antes de amamantar. También funciona tomar una ducha tibia. El calor puede ayudar a que fluya la leche.
  • Si el calor no funciona, usar una compresa fría entre o después de cada sesión de amamantamiento.
  • Variar las posiciones de amamantamiento para ayudar a drenar diferentes áreas de los senos.
  • Si estos consejos no funcionan, se recomienda buscar asesoría de expertos.
  1. No dejar de amamantar en caso de mastitis:

Ocasionalmente, un conducto lácteo obstruido puede infectarse. Esta es una condición llamada mastitis y los síntomas incluyen síntomas similares a los de la fiebre y el resfriado; pechos hinchados y dolorosos; senos que se sienten calientes al tocarlos; un bulto duro en el pecho; y rayas rojas en la piel de los senos.

Si se tienen sospechas de mastitis, lo mejor sería buscar atención médica profesional. El proveedor puede recetar un antibiótico que sea seguro mientras se amamanta al bebé.

Mientras tanto, hay algunos remedios caseros que pueden funcionar:

  • Aplicar una compresa tibia de calor húmedo o seco al bulto.
  • Ofrecerle al bebé el pecho con el conducto bloqueado y dejarlo amamantar durante un período prolongado, esto puede ayudar a drenar el conducto bloqueado. Es seguro para el bebé amamantar, ya que la infección no se le puede transmitir. De hecho, continuar amamantando puede ayudar a que la infección desaparezca antes.
  • Masajear el bulto al mismo tiempo que amamanta al bebé.
  • Usar blusas holgadas o no usar sostén durante unos días
  • Bombear la leche restante después de amamantar al pequeño para ayudar a drenar el conducto obstruido.
  • Aprovechar cada oportunidad para descansar y beber mucha agua.

  1. Cuidar los pezones:

Los pezones sensibles son comunes durante las primeras semanas de lactancia. Eventualmente, esta sensación probablemente desaparecerá. Para ayudar a reducir o prevenir las molestias en los pezones, estos consejos pueden ser útiles:

  • Asegurarse de que el bebé está bien prendido comprobando que la boca del bebé esté bien abierta, cubriendo su areola y no solo la punta del pezón.
  • Cambiar la posición de amamantamiento del bebé de vez en cuando.
  • Después de que el bebé amamante, se deben tener en cuenta estos cuidados:
  • Para un efecto calmante, dejar que un poco de leche materna se seque sobre el pezón.
  • En un clima húmedo es recomendable la exposición de los senos a la luz solar, ya que el aire caliente puede ayudar a aliviar los pezones doloridos y agrietados.
  • Usar almohadillas de sostén entre las comidas, especialmente si los senos tienden a gotear.
  • No usar sostenes forrados con plástico, ya que pueden atrapar la humedad, lo que puede causar fricción e irritación.
  • Al bañarse, lavar los senos con agua y evitar el uso de jabones, champús u otros limpiadores que irriten la piel.
  • Pedir al proveedor de atención médica que recomiende un ungüento o crema que pueda ayudar a tratar o prevenir los pezones doloridos, agrietados o sangrantes.

 

  1. Fijarse de las señales del bebé cuando se trata de amamantar:

Cada bebé es diferente y algunos pueden querer alimentarse con más o menos frecuencia que otros, así que no es de preocuparse si el bebé no sigue el horario que se esperaba de antemano.

No hay un horario de alimentación que se deba seguir al pie de la letra. Es mejor prestar atención a las señales de hambre de cada bebé. Se sugiere tener en cuenta que la frecuencia con la que el bebé quiere alimentarse también cambiará con el tiempo, y puede subir y bajar periódicamente como resultado de factores como el crecimiento acelerado.

Las señales de que un bebé tiene hambre pueden incluir:

  • Estar despierto y alerta
  • Llevarse las manos a los labios
  • Chuparse los dedos
  • Flexionar los brazos con las manos en un puño
  • Gemir y mover brazos y manos
  • Acariciar el pecho de la madre
  • El llanto puede ser una señal tardía de hambre, así que no se debe esperar hasta que el bebé comience a llorar para alimentarlo.
  • En las primeras semanas del bebé, es probable que el recién nacido quiera alimentarse cada 2 a 3 horas (de 8 a 12 veces al día). Se recomienda de 10 a 15 minutos amamantando de cada seno, o incluso por períodos más prolongados.

Si amamantar es difícil o incómodo, lo mejor es pedir ayuda.  La lactancia materna es un proceso natural, pero requiere tiempo y práctica, y pueden surgir problemas en el camino. Hay muchas personas y recursos a los que se puede acudir en busca de orientación y apoyo: médicos, enfermeras, el personal del hospital, o un asesor de lactancia.

La lactancia materna puede ser un desafío a veces, especialmente para una nueva mamá, y es normal el sentimiento de ansiedad por ello.

Si se siguen estos consejos y se obtiene ayuda profesional, pronto será más fácil. Además, cuanto más se amamante, más leche se producirá y más práctica se obtendrá. En poco tiempo, la lactancia materna se convertirá en una rutina y una parte agradable del día.

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